Desde hace tres años, el nueve de abril se ha convertido en una fecha importante para el fortalecimiento de la dignidad y el reconocimiento de los más de seis millones de víctimas del conflicto armado en Colombia. Cientos de colombianos salieron a las calles un año más para conmemorar el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, según estableció la Ley 1448, conocida como Ley de Víctimas. Por todo el país tuvieron lugar actos conmemorativos y movilizaciones al grito de “sin olvido”. Las demandas de justicia, verdad y reparación se unieron a las de paz, mientras el Gobierno y las FARC siguen negociando para poner fin a un conflicto armado que lleva más de 50 años en activo.
“El 9 de abril marca sin duda la trágica historia del país y hace parte de la memoria colectiva del dolor”, dice María Camila Moreno, directora del programa del ICTJ en Colombia. “Debemos visibilizar, dar espacio y vida a las múltiples voces, memorias y fortalezas de las víctimas y sobrevivientes”.
En Bogotá, personas provenientes de varias regiones del país, incluyendo campesinos, campesinos, estudiantes, habitantes diversos de las ciudades, se unieron para ser parte de los eventos organizados por el Congreso, el Centro Nacional de Memoria Histórica, la Unidad de Víctimas y diferentes actores institucionales y de la sociedad civil en las regiones. E Bogotá, la jornada comenzó con la apertura de la exposición Conflicto en Alta Resolución, en la que jóvenes colombianos representan la memoria en torno al conflicto a través de las artes plásticas y visuales. Asimismo, tuvo lugar una sesión especial del Congreso de la República en el cual participaron víctimas del conflicto. Este día el presidente Juan Manuel Santos comentó: “Conseguir la paz es el mayor valor que puede lograr cualquier sociedad y en el caso de Colombia, un país que ha sufrido tanto por la violencia, ese valor se cotiza aún más”.
En las calles de la capital se realizó también una gran marcha por la llamada Ruta de la Memoria, que arrancó en el Parque Nacional y llegó hasta la Plaza de Bolívar, en el centro de la ciudad. Fotografías de familiares asesinados y desaparecidos se mezclaban con banderas blancas para exigir la paz. Muchos de los asistentes alzaban pancartas para exigir justicia y reparación para las víctimas.
“El Día de Nacional de la Memoria no es un simple reclamo ni un llamado a la emotividad, sino, ante todo, un acto reparador orientado a reconstruir la confianza cívica”, defiende María Camila Moreno.