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Miles de personas salieron a las calles en toda Kenia el 27 de enero tras el espantoso asesinato de más de una docena de mujeres para denunciar la violencia contra las mujeres y exigir medidas para ponerle fin. Además, los manifestantes se reunieron en Nairobi el 14 de febrero para una vigilia del Día de San Valentín en memoria de las más de 30 mujeres asesinadas en el país en lo que va del año. Buscaron presionar al gobierno para que declare el feminicidio y la violencia contra las mujeres como una emergencia nacional y establezca una comisión para abordar estos crímenes y romper el ciclo de impunidad. Estos esfuerzos son loables e inspiradores. Sin embargo, la violencia física y sexual contra las mujeres y el feminicidio (a veces perpetrados por agentes policiales que, tal como está consagrado en la Constitución de Kenia de 2010, deben protegerlas) han persistido en Kenia durante décadas.

En 2021, la República Centroafricana creó la Comisión de Verdad, Justicia, Reparación y Reconciliación (CVJRR) para establecer la verdad, buscar justicia y restaurar la dignidad de las víctimas, con miras a lograr la reconciliación nacional. En este frágil país, azotado por sucesivos episodios de violencia, las víctimas exigen justicia durante toda su vida. Después de una larga fase de puesta en marcha, la CVJRR finalmente se está preparando para comenzar a registrar y escuchar los testimonios de las víctimas. El primer paso en este proceso es la toma de declaraciones, lo que requiere varios factores clave para tener éxito.

El ICTJ se complace en anunciar los ganadores de su concurso de escritura “Overseas”. En él, se pidió a jóvenes originarios o residentes actualmente en el Líbano, Libia o Túnez que habían abandonado sus países de origen por razones políticas o socioeconómicas que compartieran sus experiencias personales de migración en forma de un breve testimonio escrito.

A lo largo de 2023, los expertos del ICTJ han ofrecido su perspectiva única sobre las noticias de última hora en todo el mundo como parte del Informe Mundial. Sus perspicaces comentarios han puesto de relieve el impacto que estos acontecimientos tienen en las víctimas de violaciones de derechos humanos, así como en luchas más amplias por la paz y la justicia. En esta edición, recordamos el año pasado a través de la columna Expert's Choice.

El 25 de octubre, la Unión Africana (UA) y la Unión Europea lanzaron oficialmente su Iniciativa conjunta para la Justicia Transicional en África (ITJA) en Addis Abeba. El proyecto se llevará a cabo durante un período de tres años y promoverá procesos nacionales de justicia transicional en África, en línea con la Política de Justicia Transicional de la UA y su hoja de ruta. La ITJA tiene varias características únicas que, si todos los actores las adoptan y promueven, tienen el potencial de abrir un camino nuevo e inspirador hacia la paz, la justicia y el desarrollo sostenible en el continente africano.

El 28 de noviembre, el Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ) será anfitrión de un seminario internacional para explorar las sinergias entre las reparaciones y el desarrollo sostenible en Bogotá, Colombia. El evento, titulado "Diálogo Colombia – África sobre reparación a víctimas y desarrollo sostenible", reunirá a socios del ICTJ de Gambia, Túnez y Uganda, junto con representantes de la sociedad civil y del gobierno de Colombia, con el fin de intercambiar estrategias locales para fortalecer las reparaciones a víctimas de violaciones a los derechos humanos y la manera en que las reparaciones pueden contribuir al desarrollo local y nacional. El ICTJ presentará también un nuevo informe de investigación sobre este tema.

El ICTJ y el Consorcio de Organizaciones Etíopes de Derechos Humanos organizaron conjuntamente un evento nacional para aumentar la participación significativa de las víctimas y la sociedad civil en el proceso de justicia transicional de Etiopía. El evento reunió a funcionarios del gobierno y formuladores de política pública de Etiopía, representantes de la sociedad civil, miembros de los medios de comunicación y socios internacionales para discutir estrategias que garanticen que las víctimas y los temas de género sigan siendo el centro de los esfuerzos que se están llevando a cabo en el país para abordar las consecuencias de la violencia reciente y pasada.

El 15 de octubre, el Secretario General de la ONU hizo dos fuertes llamamientos humanitarios: que Hamás libere a los rehenes inmediatamente y sin condiciones, y que Israel permita que la ayuda humanitaria entre en Gaza sin obstáculos para que pueda llegar a los civiles que la necesitan desesperadamente. El Consejo de Seguridad de la ONU oyó sus palabras, pero no las escuchó. Mientras tanto, que los gobiernos con poder para persuadir a los actores involucrados en las hostilidades a respetar el Estado de derecho no lo han hecho. Sin embargo, el imperativo moral es claro y simple.

La Unión Africana y la Unión Europea han lanzado oficialmente un proyecto de tres años para apoyar a los estados miembros de la UA a medida que incorporan la Política de Justicia Transicional de la Unión Africana y emprenden procesos de justicia transicional a nivel nacional. El proyecto, denominado Iniciativa para la Justicia Transicional en África, será implementado por un consorcio de tres organizaciones lideradas por el Centro Internacional para la Justicia Transicional, el Fondo Africano del Legado de Justicia Transicional y el Centro para el Estudio de la Violencia y la Reconciliación.

Los días 18 y 19 de septiembre, los líderes mundiales se reunieron en Nueva York para la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible para hacer un balance del progreso que la comunidad global ha logrado hacia el logro de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 y los desafíos que aún enfrenta. En la cumbre, la Asamblea General de la ONU adoptó una declaración política que afirma que el cumplimiento de los ODS está “en peligro”, describe la lentitud de los avances y asegura que en algunos países, como resultado de múltples crisis superpuestas tales como conflictos armados persistentes, se han visto incluso retrocesos. La comunidad internacional debe ir más allá y especificar los obstáculos que enfrentan las sociedades afectadas por conflictos y abusos generalizados y el papel que los derechos humanos pueden desempeñar para superarlos.