Colombia necesita una verdad articulada

20/05/2013

El Diálogo Verdad y Memoria. Reflexiones sobre la construcción de la verdad en Colombia realizado por el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá y el Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ), el pasado 7 de mayo, fue un escenario para el intercambio y la reflexión sobre los diferentes tipos de verdad que deben entrar en juego al crear un mecanismo para el esclarecimiento de la verdad en Colombia.

Si bien Colombia ha avanzado significativamente en la construcción de memoria, tanto desde iniciativas oficiales como no oficiales, las discusiones sobre la verdad histórica son aún iniciales. En los últimos meses, sin embargo, la necesidad de la verdad se ha convertido en un reclamo recurrente en escenarios tan diversos como la creación del protocolo de participación de las víctimas, los diálogos de paz con las FARC en La Habana y la declaración final del Congreso para la Paz del Congreso de los Pueblos, realizado este mes en Bogotá. Pero ¿qué tipo de mecanismo es el apropiado para el país, y cuáles son las verdades que debe tener en cuenta?

El primer panel del Diálogo Verdad y Memoria, titulado “Las verdades de una comisión de la verdad en Colombia”, reunió tres perspectivas distintas: la de las mujeres, la de los indígenas, y la de la memoria local.

Marina Gallego, coordinadora nacional de la Ruta Pacífica de Mujeres por la Paz, presentó los elementos que responderían a la necesidad de verdad de las mujeres, y que ellas han identificado en el desarrollo de la comisión de verdad y memoria de la Ruta Pacífica. Entre ellos, una comisión de la verdad debe tener alto componente jurídico y psicosocial centrado en la experiencia de las mujeres, desde un enfoque feminista.

Vea la intervención de Marina Gallego:


En representación de las comunidades indígenas, Alcibiades Escué, miembro de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), indicó que para ellos la verdad se centra en cómo liberar el territorio y cómo recuperarlo. Pero no basta con identificarla, es preciso que la institucionalidad y la otra cultura lo puedan aceptar. “Los indígenas perdonamos pero no olvidamos. No podemos olvidar, para no repetir”, afirmó.

Vea la intervención de Alcibiades Escué aquí:


José Antequera, asesor académico y de participación del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, y víctima del conflicto, señaló que se ha dicho que en el momento de negociar la paz en el país se puede esperar alguna negociación en torno al tema de la justicia, “pero la verdad y la reparación son innegociables y tienen que satisfacerse”. Sin embargo, advirtió sobre el riesgo de que la verdad se convierta en “el campo de negociación”. Para él, una comisión de la verdad tendría que servir para articular verdades que ya son conocidas pero no están articuladas. Un momento oportuno para esto será la presentación del informe general del Centro Nacional de Memoria Histórica el próximo 25 de julio. “Los casos emblemáticos nos han servido para entender muchas cuestiones, pero lo que las víctimas están reclamando en muchos escenarios son verdades articuladoras, es decir, aquello que nos permita no solo hablar de patrones, sino también de políticas, de sistemas, de cuestiones que solo se pueden descubrir al articular”.

Vea la intervención de José Antequera aquí:


La verdad judicial y la verdad histórica

El diálogo Verdad y Memoria también abrió el escenario para reflexionar de qué manera la verdad judicial se articula con la verdad histórica, una discusión que apenas comienza en Colombia. Varias ideas primaron en las reflexiones de dos magistrados y un fiscal, todos actores principales en el proceso de Justicia y Paz.

La magistrada de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá Uldi Teresa Jiménez se refirió a los pasos que el tribunal ha dado en la búsqueda de la verdad, como el reconocimiento de que la verdad judicial necesita construir el contexto en que ocurrió el fenómeno de violencia y develar las estructuras de las organizaciones criminales. Por eso, a los postulados a Justicia y Paz se les exige develar quién está detrás de los procesos, quién los ha financiado o facilitado, y eso abre las puertas a nuevas investigaciones.

Expuso que no es suficiente construir la verdad con las versiones libres de los postulados: “Esa es su verdad, pero también es necesaria la intervención de las víctimas”. Por eso, en muchos casos, la Sala debe trasladarse hasta el territorio donde habitan y recorrer los lugares donde han sido victimizadas.

Jiménez anotó que la verdad judicial debe ser un complemento de las verdades que se construyan en otros escenarios, y por eso resaltó la importancia de que se cree una comisión de la verdad como complemento a la verdad judicial.

Vea la intervención de Uldi Teresa Jiménez aquí:


Para Juan Pablo Hinestrosa, director de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía General de la Nación, la verdad judicial –ceñida al proceso judicial- siempre será más corta que la verdad histórica, por lo cual se hace necesario un mecanismo no judicial de verdad. “La verdad judicial –afirmó- no es la que esperan las víctimas, sino la que es aplicable al proceso, que se dedica exclusivamente a investigar, procesar y sancionar a los responsables de los crímenes”.

Vea la intervención de Juan Carlos Hinestrosa aquí:


El ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia Augusto Ibáñez afirmó que la verdad judicial es una, que hay que aproximar a la verdad real. “Pero aquí no se está juzgando una estafa, una falsedad en documento o un incesto. Lo que realmente se está juzgando es el conflicto de Colombia, en el que se está anteponiendo las armas a la regulación del derecho y la decisión judicial”.

Aseguró que la verdad judicial es una respuesta formal a la resolución de un conflicto de más de 50 años del Estado colombiano: “Por eso se debe tener una visión transversal de la verdadera Colombia, que inevitablemente debe pasar por el conflicto por las tierras, y por la influencia del narcotráfico. Esa es la resolución del conflicto que se le exige a la rama judicial frente al conflicto”.

Vea la intervención de Augusto Ibáñez aquí:


En este evento, el ICTJ hizo también el lanzamiento de tres libros sobre comisiones de la verdad:

En busca de la verdad, un texto orientador en el proceso de creación de comisiones de la verdad y mecanismos similares, que recoge las experiencias de otros países.

Fortaleciendo los derechos indígenas a través de comisiones de la verdad recoge ponencias de expertos en el análisis del impacto que las comisiones de la verdad pueden tener para los derechos indígenas.

Comisiones de la verdad y género busca entrelazar los procesos de justicia transicional con los esfuerzos ya existentes de mujeres que han sido víctimas y que buscan justicia y reconocimiento.