En defensa de la justicia

16/07/2012

¿Por qué hay que aplicar medidas de justicia transicional después de violaciones de los derechos humanos masivas? "En defensa de la justicia" se adentra en el debate sobre la relevancia de la justicia transicional en el mundo actual.

Los numerosos mitos que inundan este debate son la expresión más clara de su complejidad. Hay quien dice que la justicia transicional es una "justicia blanda", una alternativa a los procesos penales después de atrocidades o represiones masivas; otros la equiparan únicamente con procesos judiciales seguidos contra victimarios. Según otros, es un gran obstáculo para alcanzar acuerdos de paz provechosos; y también hay quienes creen que es una especie de varita mágica, que rápidamente acaba con las cicatrices de la guerra y los abusos.

En realidad, el campo de la justicia transicional reconoce que cuando nadie rinde cuentas de las violaciones masivas de derechos humanos, poca esperanza tienen las sociedades de evitar la repetición de un conflicto o de construir una paz sostenible. Lo expresa perfectamente Eduardo González, director del Programa de Verdad y Memoria del ICTJ:

"Lo que la justicia transicional promete es que la paz no sea un mero cese de hostilidades, y que se afrontarán directamente las causas de la guerra, abordándolas sin tapujos. Las medidas transicionales prometen una democracia auténtica y sostenible, y una paz duradera".

En países tan diversos como Egipto, Uganda, Colombia o la República Democrática del Congo, que suelen atraer nuestra atención por sus décadas de represión, sus millones de víctimas y las profundas cicatrices que han dejado conflictos prolongados e injusticias profundas, es donde la justicia transicional tiene valor. Y aun siendo plenamente conscientes de que la justicia es sólo uno de los muchos mecanismos de respuesta que se precisan en esas sociedades, tampoco debemos olvidar que es esencial.

"Nunca habría que poner a la gente en la tesitura de suplicar, de tener que rogar que le concedan sus derechos. Esta es una de las principales razones de que nos preocupe la puesta en marcha de las medidas de justicia transicional después de violaciones masivas de los derechos humanos", afirma Pablo de Greiff, relator especial de las Naciones Unidas para el Fomento de la Verdad, la Justicia, la Reparación y las Garantías de no Repetición.

En este documental se describe el momento actual, en el que se exige respeto a los derechos humanos y justicia en distintas partes del mundo. Y nada expresa mejor ese momento y el lugar que la justicia transicional ocupa en él que las palabras de Hossam Baghat, uno de los líderes de la revolución egipcia que asistió al fin de la dictadura de Hosni Mubarak:

"La única forma de salir del punto muerto en el que se encuentra nuestra revolución es esforzarse realmente por revelar lo ocurrido en los últimos 30 años de régimen de Mubarak, hacer que los autores de violaciones de derechos humanos rindan cuentas y después iniciar un proceso de reconstrucción de todas las instituciones destruidas por el dictador.

"Sin ese proceso exhaustivo y profundo de búsqueda de la justicia y de recuperación de la dignidad para el pueblo, continuaremos sufriendo las mismas prácticas y políticas de la época de Mubarak y, en ese caso, será imprescindible una segunda revolución".

Aunque esta sea la realidad de Egipto, lo mismo podría decirse de Túnez, Bosnia-Herzegovina, Kenia, Nepal, Timor Este, Indonesia, Canadá, España, Brasil, Camboya y muchas otras sociedades que se enfrentan a legados caracterizados por violaciones de derechos y sufrimientos. Y esto es lo que ha inspirado "En defensa de la justicia"


¿Por qué aplicar la justicia transicional?

    En el fondo, la justicia transicional es una forma de afrontar el pasado para asegurar un futuro mejor. En sociedades que han sufrido atrocidades masivas solo puede conseguirse una paz estable y duradera cuando se responde a las demandas de justicia; las víctimas deben ser reconocidas, tanto por el daño sufrido como por su estatus de ciudadanos con los mismos derechos.

Colombia: Una sociedad victimizada

    En la sociedad colombiana actual no hay diferencia entre la sociedad y las víctimas; historias de desplazamiento, asesinatos, secuestros –todas las formas de victimización posibles- pueden encontrarse en una sola familia. A pesar de que ha habido grandes avances en los esfuerzos por establecer una paz duradera, todavía queda mucho por hacer.

RDC: Un silencio culpable

    La guerra que ha tenido, y tiene todavía lugar, en la República Democrática del Congo se conoce como la Tercera Guerra Mundial –se estima que el número de muertos supera los cuatro millones. Los abusos masivos de los derechos humanos se han convertido en algo común, y aún así casi no reciben la atención de la comunidad internacional.

Egipto: La esperanza de un futuro mejor

    El 25 de enero de 2011, los egipcios respondieron a una llamada para expresar su rechazo a la dictadura de Mubarak, un sistema en el que la tortura, las detenciones arbitrarias, la censura y la vigilancia eran prácticas comunes. Pero las protestas también expresaron esperanza por un futuro mejor, con el lema "pan, libertad y dignidad".

Uganda: La incapacidad de proteger

    El Ejército de la Resistencia del Senyor, liderado por Joseph Kony, cometió durante años atroces ataques contra las comunidades del norte de Uganda. Pero la ofensiva contrainsurgente del gobierno también conllevó graves violaciones de los derechos humanos, y las víctimas siguen esperando justicia y estabilidad.

La justicia no es una panacea

    Uno de los mayores retos a los que se enfrenta la justicia transicional actualmente es la explosion de expectativas que se han creado sobre qué puede conseguir. No hay una política universal que solucione todos los problemas, no hay respuestas fáciles. La justicia transicional debe ser considerada un componente dentro de una solución más compleja e integrada.