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A lo largo de 2023, los expertos del ICTJ han ofrecido su perspectiva única sobre las noticias de última hora en todo el mundo como parte del Informe Mundial. Sus perspicaces comentarios han puesto de relieve el impacto que estos acontecimientos tienen en las víctimas de violaciones de derechos humanos, así como en luchas más amplias por la paz y la justicia. En esta edición, recordamos el año pasado a través de la columna Expert's Choice.

Durante 112 años, el Día Internacional de la Mujer ha sido un momento para celebrar los logros de las mujeres y crear conciencia sobre la desigualdad de género. El 8 de marzo, la campaña #EmbraceEquity de este año destacará la contribución de las mujeres en varios campos, al tiempo que destacará los desafíos que enfrentan en otras industrias. Eliminar las barreras de acceso de las mujeres a los recursos económicos, políticos y sociales es fundamental para crear y mantener una sociedad democrática estable. A menudo, los regímenes represivos buscan ejercer un control sistemático sobre la vida de las mujeres. De manera similar, una erosión de los derechos de las mujeres en las democracias “estables” es a menudo un presagio de un ataque más amplio a los derechos de los ciudadanos.

Afganistán es un trágico ejemplo de cómo un país en transición puede revertir drásticamente el arduo camino hacia la paz y la democracia y regresar a un abismo de violencia y represión a una velocidad vertiginosa. En el lapso de unas pocas semanas, los talibanes recuperaron el control del país. Cuando finalmente entraron en Kabul, el gobierno afgano respaldado internacionalmente colapsó. Ahora al mando, los talibanes no han perdido tiempo en demostrar su objetivo de volver a imponer el mismo gobierno extremista y opresivo, a pesar de las declaraciones iniciales que afirman un compromiso con la paz y los derechos humanos.

Solo hace falta echar un vistazo rápido a las noticias para ver cómo el mundo ha vuelto a fallar a los civiles afganos. Afganistán no ha tenido muchos años buenos en las últimas cuatro décadas de guerra, pero los últimos 15 meses han sido decididamente tensos. El caos actual y el aumento de la violencia son prueba de que, a pesar de lo que ha proclamado el gobierno de los EE. UU., la “guerra eterna” continúa. La paz y la justicia significativa y centrada en las víctimas siguen siendo esquivas.