Foros impulsados por la sociedad civil reflexionan sobre la futura Comisión de la Verdad en Colombia

29/09/2015

La creación de una comisión que esclarezca la verdad sobre los graves crímenes que han ocurrido durante cincuenta años de conflicto armado es uno de los acuerdos más importantes logrados hasta ahora en las negociaciones de paz que el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) mantienen desde hace dos años en La Habana, Cuba.

La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, cuyas directrices básicas ya se han sentado en el acuerdo hecho público el pasado mes de junio–y cuyo establecimiento depende de si se logra un acuerdo final de paz–ha generado grandes expectativas en la sociedad civil acerca de la labor y las funciones que cumplirá el mecanismo acordado, cómo este responderá a las necesidades específicas de los distintos grupos sociales y asegurará su participación activa.

El ICTJ junto a otras organizaciones realizaron en Bogotá dos foros para poner sobre la mesa las prioridades de las víctimas y la sociedad en cuanto a la creación de la comisión de la verdad. Personas de distintos lugares del país acudieron a la capital para expresar sus propuestas, visiones y dudas sobre el importante mecanismo.

“Hay que tener en cuenta que el acuerdo sobre la creación de una comisión de la verdad no está cerrado, y esto significa una oportunidad”, expresó María Camila Moreno, directora del ICTJ en Colombia. “A medida que se vaya avanzando en la discusión sobre el sistema de verdad, justicia, reparación y no repetición las partes seguramente harán ajustes y precisiones al acuerdo. Por eso es importante escuchar las propuestas, preocupaciones y necesidades de la sociedad y lograr que el acuerdo se transforme alrededor de estas”.

Las mujeres: Esenciales en la creación de la comisión

El 27 y 28 de agosto se realizó el 2º Encuentro del Ciclo “Derechos de las Mujeres, Justicia Transicional y Construcción de Paz”, que en esta ocasión se centró en la importancia de planificar un enfoque diferencial territorial y de género para la comisión de la verdad. Más de 120 mujeres de toda Colombia conversaron sobre los retos que enfrentará la comisión junto a expertas y expertos de todo el mundo como María Emma Wills, asesora del Centro Nacional de Memoria Histórica; Julissa Mantilla, asesora de ONU Mujeres y miembro de la Comisión de la verdad y la Reconciliación de Perú; y Alison Dividian, especialista en Justicia Transicional de ONU Mujeres.

“Queremos hacer parte de un legado y una defensa de los derechos humanos de la comunidades afrodescendientes de Colombia, queremos participar para construir un modelo donde se construya una identidad de lo que somos”, expresó Gloria Arboledo Murillo, lideresa social proveniente de Buenaventura. “La violencia no es solo la del conflicto, existe un desconocimiento cultural y es una lucha visibilizarla y exigir el respeto que merecemos”.

El evento sirvió como espacio de diálogo entre mujeres, víctimas y líderes sociales de distintas regiones y comunidades, quienes luego de dos días de trabajo materializaron sus ideas en propuestas concretas con el objetivo de que lleguen a la mesa de negociación en La Habana.

Destacan entre las propuestas la necesidad de reforzar la sensibilización previa sobre la comisión de la verdad en las comunidades mediante la pedagogía y el fortalecimiento emocional con el fin de preparar a las personas para participar activamente en la comisión. También propusieron la priorización de la violencia sexual en las investigaciones de la comisión, ya que la consideran una vulneración grave y ha significado una de las formas de violencia que más han padecido las mujeres.

Para garantizar la participación de la comunidad en las actividades de la comisión, destacaron la necesidad de invertir en tecnologías de comunicación, abrir espacios equitativos de expresión, fortalecer el trabajo de las organizaciones sociales locales y proveer un ambiente de confianza y seguridad que logre unir a la comunidad entorno a la comisión y propicie la apropiación de esta como herramienta de convivencia.

Encuentro por la Verdad

Por otro lado, el 31 de Agosto se llevó a cabo el Primer Encuentro por la Verdad: Comisión de la Verdad y Reconocimiento de Responsabilidades. El evento contó con un panel que garantizó una pluralidad de voces provenientes de instituciones tanto gubernamentales como académicas y políticas. Se buscó profundizar en el análisis del contenido, los alcances y retos que plantea el acuerdo sobre la comisión de la verdad.

El foro se planteó desde dos perspectivas principales, la primera fue analizar la comisión desde los alcances que tendrá para ejecutar su mandato. Luego la discusión se centró en el reconocimiento de responsabilidades por parte de los actores armados.

En el primer panel, María Camila Moreno del ICTJ, Marcela Briseño-Donn de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) y Catalina Díaz Directora de Justicia Transicional del Ministerio de Justicia resaltaron, pero a la vez alertaron, sobre las implicaciones del amplio mandato que busca cumplir la futura comisión de la verdad. Las tres coincidieron en que la comisión está bien intencionada y ha logrado establecerse desde un entendimiento de las particularidades del conflicto y contexto colombiano. Por su parte María Camila Moreno alertó sobre la necesidad de esclarecer y seguir trabajando en algunos aspectos como la definición del poder que tendrá la comisión, la metodología que utilizará para impulsar la convivencia y la relación que manejará con el sistema judicial.

“El reconocimiento de responsabilidades es transversal a todo el acuerdo”, indicó Catalina Díaz, directora de la unidad de Justicia Transicional del Ministerio de Justicia. “No puede hacerse una narración completa sin establecer responsabilidades hasta llegar a un nivel colectivo, este es el foro de la comisión. El nivel individual de reconocimiento es el foro de la justicia”.

También se debatió a fondo sobre las metodologías para la selección de comisionados y el trabajo investigativo de la comisión, la puesta en práctica del acuerdo, y lo que esta significará para la sociedad y los actores implicados.

“Para que el informe de la comisión sea legítimo debe ser un informe objetivo, imparcial, riguroso y con visión amplia de lo ocurrido; sobre todo en temas de violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, sin ataduras ideológicas ni políticas”, dijo Rafael Guarín, asesor del Procurador General de la Nación.

En cuanto al reconocimiento de responsabilidades por parte de los actores armados, se enfatizó en la necesidad de involucrar a todos los que de una manera u otra han participado en el conflicto. Estos no son solo los actores armados sino también empresas, políticos e incluso medios de comunicación que han financiado o respaldado el conflicto armado de distintas formas.

“Acá siempre se ha hablado de las responsabilidades de las FARC y sus líderes, pero las responsabilidades van más allá. Los financiadores de la guerra, personas, empresas y la clase política, también tienen responsabilidad tanto por acción u omisión”, dijo el senador Horacio Serpa.

Ambos foros han servido como plataforma de debate para la expresión de las organizaciones de la sociedad civil, que desean participar activamente para lograr una comisión que responda a las necesidades de la sociedad colombiana. Durante estos, fue fundamental la participación de una gran pluralidad de voces y orígenes que dejaron ver el gran espectro de perspectivas que deben ser consideradas por la comisión de la verdad.

“Los dos eventos dejan patente que para lograr satisfacer las demandas de la sociedad colombiana y cumplir con el amplio mandato de la comisión serán necesarios esfuerzos desde todas las esquinas de la nación”, concluyó Moreno.