En Colombia, se sienta precedente para reconocer atrocidades del pasado

17/05/2022

El Centro Internacional para la Justicia Transicional

El Acuerdo Final de Paz suscrito en 2016 entre la guerrilla de las FARC- EP y el Gobierno de Colombia creó un ambicioso y novedoso sistema de justicia transicional denominado Sistema Integral de Verdad, Justicia Reparación y Garantías de No Repetición. Este Sistema incluye mecanismos judiciales y extrajudiciales para, al mismo tiempo, garantizar los derechos de las víctimas y lograr en el país una paz estable y duradera. El mecanismo judicial para que los responsables del conflicto armado interno rindan cuentas ante las víctimas y la sociedad es la Jurisdicción Especial para la Paz

El 26 y 27 de abril de 2022, esta Jurisdicción Especial para la Paz -JEP- adelantó la primera audiencia pública de reconocimiento de responsabilidad., en el caso 03 sobre asesinatos y desapariciones forzadas presentados como bajas en combate por agentes del Estado. A pedido de las víctimas, se desarrolló en Ocaña (Norte de Santander), ciudad fronteriza con Venezuela, históricamente marginada, con altos niveles de violencia y baja presencia estatal. Allí ocurrieron los asesinatos, entre otros, de jóvenes de la ciudad de Soacha (cercana a la capital Bogotá) quienes fueron trasladados a esta región por medio de engaños y luego de asesinados fueron presentados como supuestos guerrilleros muertos en combate. A esta horrible práctica se le ha llamado “falsos positivos”.

Un general, cuatro coroneles, cinco oficiales y suboficiales del Ejército Nacional y un civil colaborador reconocieron su responsabilidad en los crímenes de guerra y de lesa humanidad imputados por la Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad. En sus respectivos testimonios, cada uno de los comparecientes explicó también las circunstancias en las que fueron cometidos los crímenes y reconoció el daño sufrido por las víctimas y sus familias. En respuesta al reclamo de las madres de las víctimas, reivindicaron el buen nombre de cada una de las víctimas y señalaron enfáticamente que asesinaron a personas inocentes que no tenían nada que ver con los grupos armados. Varias víctimas expresaron algún alivio a su dolor al comprender mejor lo sucedido con sus familiares. Por su parte, los comparecientes destacaron la oportunidad de comprender las diferentes dimensiones del daño causado y la gravedad de los delitos cometidos. Para el público en general, la audiencia ayudó a entender y reconocer estos hechos no como aislados sino como un problema estructural que ha cuestionado profundamente la legitimidad del Ejército Colombiano. De acuerdo con la información analizada por la JEP, son 6.402 casos de Falsos Positivos cometidos en todo el país entre los años 2002 y el 2008.

La audiencia ha sido un avance en la garantía de los derechos a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición para las víctimas y constituye un precedente en la aplicación del enfoque restaurativo en la persecución penal de crímenes internacionales. Es fruto de un largo proceso preparatorio de diálogo entre las víctimas y los comparecientes, primero por separado y luego conjuntas, facilitado por un equipo interdisciplinario de la JEP conformado por abogados, antropólogos, psicólogos y politólogos.

No obstante, esta primera audiencia de reconocimiento puso en evidencia varios retos, entre los cuales vale mencionar los siguientes. Primero, si bien, es de destacar la preparación de las víctimas y de los comparecientes antes de un encuentro público, el desafío sigue siendo gestionar y responder a las expectativas de las víctimas para quienes siempre será insuficiente el reconocimiento de responsabilidad frente la magnitud de su pérdida y de su dolor.

Segundo, existe una delgada línea entre justificación y explicación. Los comparecientes aportaron explicaciones amplias que permiten comprender las motivaciones y objetivos de esta práctica criminal. Sin embargo, en algunos momentos cruzaron la delgada línea y utilizaron expresiones que fueron interpretadas como justificaciones las cuales fueron rechazadas por las víctimas.

Finalmente, la audiencia evidenció el desafío de encontrar el formato y la puesta en escena adecuada para una audiencia de este tipo que no puede encuadrarse en los esquemas típicos de la audiencia judicial. El montaje de las tarimas, la combinación de componentes presenciales y virtuales, la presencia del público, el uso de las cámaras, etc. genera retos técnicos de comunicación pública para que la audiencia pueda conectar con los mensajes y las poderosas y diversas emociones que se producen durante una audiencia de este tipo.

¿Qué sigue ahora? Las víctimas y sus representantes tienen 15 días para presentar sus observaciones a la audiencia y, posteriormente, la JEP determinará si los reconocimientos ofrecidos cumplen con los criterios fáctico, judicial y restaurativo exigidos por la ley. En los siguientes meses, se esperan audiencias de reconocimiento en otros casos sobre toma de rehenes y graves privaciones de la libertad cometidas por las Farc-EP.

 

FOTO: El Sargento Segundo (r) Sandro Pérez muestra una flor que le dio la madre de una víctima de ejecuciones extrajudiciales durante su primer encuentro. “No tengo excusas ni cómo reparar el asesinato de sus seres queridos. Jamás en la vida se me quitará la vergüenza de haber cometido esos actos inhumanos”. (Jurisdicción Especial para la Paz)