Tras viaje de comisionados de la verdad a Nueva York, hay optimismo por el proceso de paz en Colombia

21/09/2022

Con la toma de posesión del nuevo presidente de Colombia el mes pasado, el optimismo por el proceso de justicia transicional en curso en el país es alto. El recién electo presidente Gustavo Petro ha afirmado enérgicamente su compromiso con la implementación del acuerdo de paz y garantías para que la Comisión de la Verdad, la Jurisdicción Especial para la Paz y la Unidad para la Búsqueda de Personas Desaparecidas tengan el apoyo que necesitan para completar su trabajo.

El presidente de la Comisión de la Verdad de Colombia, el padre Francisco de Roux, compartió este optimismo cuando viajó a Nueva York el 14 de julio de 2022 para informar al Consejo de Seguridad y al Secretario General de la ONU sobre los hallazgos y recomendaciones que hacen parte del informe final de este mecanismo. Dirigiéndose al consejo, de Roux describió la historia y la magnitud de la guerra en Colombia, el alcance del trabajo de la comisión (cuyo mandato ya terminó) y los pasos necesarios para abordar el legado de tanta violencia.

“Más de 10 millones de personas se han visto afectadas de diversas formas por esta guerra, y el 80 por ciento de todos los afectados, tanto sobrevivientes como víctimas que no sobrevivieron, no eran soldados ni guerrilleros, sino población civil desarmada”, explicó de Roux. “La guerra es siempre contra la población civil”.

En el transcurso de su mandato, los comisionados escucharon más de 30.000 testimonios “de todos los lados de país dividido” y leyeron más de 1.000 informes de las comunidades. “No nos hemos limitado a escuchar”, continuó, “hemos buscado respuestas a las preguntas de por qué pasó esto, y cuáles fueron los efectos en las personas, en el medio ambiente, en la democracia, quiénes los provocaron y qué podemos hacer para que no vuelva a suceder".

El Consejo de Seguridad de la ONU expresó su apoyo a de Roux, a la comisión y al proceso de justicia transicional de Colombia en general, destacando los esfuerzos realizados para reintegrar y proteger a los excombatientes, así como a los líderes indígenas, afrocolombianos y otros líderes sociales que continúan siendo blanco de la violencia. De Roux concluyó diciendo que espera que “la lección de Colombia nos aleje para siempre de las guerras de todos lados y nos lleve a buscar con pasión la verdad y la dignidad del ser humano. Para Colombia y para el mundo hay futuro si hay verdad”.

Luego de su visita a las Naciones Unidas, el Padre de Roux se unió a sus compañeros comisionados Alejandra Miller, quien redactó el capítulo del informe final sobre temas de género y LGBTQ, y Saúl Franco, quien redactó el capítulo sobre el impacto de la violencia en la sociedad colombiana, para un un panel de discusión sobre el trabajo, los hallazgos y las recomendaciones de la comisión organizado por el ICTJ.

Cuatro personas se sientan en una mesa con micrófonos frente a una audiencia en una habitación.
(Izquierda a derecha) Maria Camila Moreno Múnera, directora de la oficina del ICTJ en Colombia, el padre Francisco de Roux, Alejandra Miller, y Saúl Franco participan en un panel el 14 de julio en la Japan Society en Nueva York. (ICTJ)

Miller, feminista y líder comunitaria desde hace mucho tiempo, resumió algunos de los hallazgos de la comisión. “Uno de los hallazgos más importantes tiene que ver con la cultura”, dijo. “Sesenta años de guerra han dejado profundas huellas culturales. La guerra no ocurre en una sociedad vacía. Ocurre en una sociedad patriarcal, racista, colonialista. Pero la práctica de la guerra exacerba estas fuerzas”.

Franco, médico y académico, describió el impacto de la guerra en la vida de Colombia. “La vida ha sido una víctima grave de la guerra, no solo por la cantidad de muertos, que es importante, sino por quienes murieron, en su mayoría civiles”, explicó. “¿Quién en Colombia puede tener paz si un ser querido ha desaparecido? ¿Cuándo podrán dormir en paz? Esto es en sí mismo una alternancia de vida. No es solo una patología psiquiátrica, sino que es un daño a la calidad de vida, a las condiciones de vida, al disfrute de la vida”.

Luego presentó las recomendaciones del informe final y cómo los comisionados las desarrollaron. “No nos inventamos las recomendaciones”, dijo. “Recibimos 10.000 recomendaciones de personas, de todas las regiones y grupos. Resumimos estas recomendaciones en 75”. Según Franco, entre las recomendaciones más importantes están las relacionadas con la desmilitarización. “El país debe decir un rotundo no a la guerra. Eso significa que debemos sacar las armas de la política”, subrayó. “Debemos redefinir un mensaje social colectivo de construir un país en paz”.

Respondiendo a las preguntas de la audiencia, el padre de Roux reflexionó sobre el devastador número de víctimas de la guerra y la necesidad de preservar su memoria. La historia en Colombia, dijo, debe enseñarse de otra manera y dar cuenta de la guerra y las atrocidades cometidas durante la misma para tener una transformación cultural y una paz duradera. “Todavía no hemos entendido que la vida de un colombiano, la vida de una de esas bellas [afrocolombianas] chocoanas, bellas por su cultura y su sensibilidad, es mucho más importante que una petrolera colombiana o la burocracia militar. ”, afirmó de Roux para cerrar. “El valor de un ser humano no tiene precio.”

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FOTO: El padre Francisco de Roux informa al Consejo de Seguridad de la ONU sobre el trabajo, los hallazgos y las recomendaciones de la Comisión de la Verdad de Colombia el 14 de julio. (Foto ONU/Eskinder Debebe)