La juventud marfileña encuentra nuevas formas de hacerse oír para hablar sobre la verdad, la justicia y el futuro de su país

11/12/2014

En medio de la zozobra y las disputas políticas que ya están desatando las elecciones presidenciales de 2015 en Costa de Marfil, un grupo de jóvenes activistas está decidido a impedir que el pasado se repita sin cesar: una nueva asociación juvenil llamada Red de Acción Justicia y Paz (Le réseau Action justice et paix) ha anunciado que defenderá los derechos de los jóvenes marfileños, proponiendo un relato hasta ahora silenciado de los hechos violentos.

Aunque en la actualidad los marfileños viven relativamente en paz, el caos en el que se sumió el país a causa de la crisis de 2010 ha dejado huella: las tensiones étnicas y políticas siguen latentes, en gran medida porque los perjudicados o desplazados por la agitación de 2010 todavía no han recibido del Gobierno ni la justicia ni la reparación que se merecen.

Hasta el momento, mecanismos de justicia transicional como la comisión de la verdad (Commission Dialogue, Vérité et Réconciliation, o CDVR) no han podido estar a la altura de sus mandatos y, por falta del apoyo político necesario, ha sido imposible poner en marcha iniciativas destinadas a investigar a los responsables de los actos de violencia cometidos durante las elecciones.

En la actualidad, a solo un año de los siguientes comicios presidenciales, parece que el país -y también el mundo-, se teme posibles actos de violencia: las Naciones Unidas y otros organismos se han curado en salud, advirtiendo de que, si no se toman las debidas precauciones, el país podría recaer en la violencia.

Conscientes de esta situación y decididos a relatar su versión del conflicto, los jóvenes activistas de la Red de Acción Justicia y Paz presentaron un informe radiofónico propio que refleja las experiencias e impresiones juveniles durante y después de la crisis, con el fin de demostrar las consecuencias que a largo plazo han tenido los actos de violencia dirigidos contra niños y jóvenes.

Los líderes juveniles organizaron debates dentro de sus propias organizaciones, recogiendo opiniones sobre el pasado conflicto y los obstáculos constantes con que se topa la paz. Después de recoger testimonios entre sus compañeros, esos jóvenes se reunieron para perfilar y dar forma a su informe de esclarecimiento de la verdad. Antes de darlo a conocer, anunciaron formalmente la creación de la Red de Acción Justicia y Paz.

Antes de entrar en esa organización, Amandine, de 23 años, ya defendía los derechos de la infancia desde la AJUMED (Association des Jeunes et Enfants Unis pour la Médiatisation des Droits de l’Enfant). Para ella, la actividad en la Red no hace más que ahondar en la labor de defensa de los derechos de los niños que ya estaba realizando.

“El proyecto sobre justicia transicional permite a los jóvenes formar parte del proceso de consolidación de una paz duradera en Costa de Marfil. En este proyecto vi una buena oportunidad de defender mejor los derechos de los niños en mi país”, afirmó. Para ella, el papel de esa red en Costa de Marfil, que deja atrás un conflicto, está claro: “Lo que espero es que los jóvenes marfileños nos diferenciemos de los políticos, ya que fue la política lo que destruyó nuestro país”.

La participación de Adama, de 24 años, es profundamente personal: el estallido de violencia que rodeó las elecciones produjo la muerte de su padre y su madre falleció muy poco tiempo después. Al verse huérfano, tomó las armas.

Adama, quien ha dejado atrás su pasado como combatiente, ha participado activamente en la red juvenil desde los primeros debates organizados por el ICTJ y UNICEF. Afirma que el grupo ha proporcionado a los jóvenes un espacio en el que compartir sus experiencias entre sí, con sus comunidades y con el conjunto de la sociedad.

Durante el acto de presentación celebrado en Abiyán, la asociación reprodujo fragmentos de su audio-informe, intercalándolos con declaraciones y un rap sobre paz y justicia, compuesto e interpretado por dos de los miembros de la red. La velada terminó por todo lo alto, con un concierto especial de Kajeem, un famoso músico de Costa de Marfil.

Después de la presentación, la red tiene pensado llevar su audio-informe a comunidades de todo el país y organizar debates sobre los temas y problemas que plantea su trabajo. Según la red, lo primordial es la esperanza de que el informe llegue a jóvenes como ellos.

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Organizarse para el cambio

El audio-informe, compuesto por cuatro miniprogramas de radio, reflexiona sobre varios asuntos, entre ellos las causas subyacentes de la participación de los jóvenes en la crisis, sobre todo la pobreza, el fanatismo y la movilización étnica; el sistema escolar y el riesgo que corrieron los alumnos durante la crisis; historias individuales de violencia y pérdida; la relación de niños y jóvenes con grupos armados, y las consecuencias de la crisis para estos dos grupos.

“La Red de Acción Justicia y Paz la compone un grupo de jóvenes dinámicos, comprometidos con la transición de su país desde el conflicto”, dijo Virginie Ladisch, directora del Programa Infancia y Juventud del ICTJ. “Con vistas a las elecciones de 2015, tienen unas perspectivas que el país no se puede permitir dejar de lado”.

Los niños y los jóvenes siguen estando muy presentes en los cíclicos actos de violencia que sufre Costa de Marfil desde el fin del régimen de partido único. Muchas de las causas fundamentales que explican la participación de la juventud en la última crisis se aprecian tan claramente hoy en día como antes de las elecciones de 2010: el desempleo es elevado y las perspectivas económicas malas, y esos problemas ahora se ven acentuados por la furia que suscitan las injusticias sufridas por los jóvenes que fueron víctimas de esa crisis.

“En Costa de Marfil, las normas culturales disuaden a los jóvenes de hablar ante los mayores y las autoridades”, afirmó Didier Gbery, colaboradora del programa del ICTJ en Costa de Marfil. “Es frecuente que los jóvenes se frustren al verse privados de canales de comunicación con el Gobierno. Sabíamos que tenían mucho que decir y queríamos buscar una forma de ayudarles a hacerse oír”.

Las semillas de la Red de Acción Justicia y Paz se esparcieron durante varios meses de diálogo entre líderes juveniles que, convocados por el ICTJ y UNICEF, debatieron sobre el papel de los niños y los jóvenes en la transición del país. Cuando el proceso de la CDVR se estancó por razones políticas en el otoño de 2013, UNICEF y el ICTJ reunieron a representantes juveniles de 14 organizaciones interesadas en el esclarecimiento de la verdad y la consolidación de la paz. Con el apoyo de UNICEF y del ICTJ, los líderes juveniles recibieron una formación básica sobre consolidación de la paz y justicia transicional, centrada especialmente en el esclarecimiento de la verdad y el diálogo.

Para el ICTJ el informe de la Red de Acción Justicia y Paz constituye una aportación esencial a la hora de abordar la crisis de 2010 y cómo ha influido en la vida de la gente. A falta de otros muchos canales de diálogo sobre el pasado, la Red ofrece a los jóvenes un importante vehículo para expresar sus ideas.

El ICTJ seguirá apoyando a la Red mientras esta continúe su trabajo. Entre los muchos planes de futuro que tiene la asociación figuran un programa de radio semanal, así como la elaboración de una novela gráfica que suscite el debate en las aulas. Entretanto, mientras el país tiene la vista puesta en las próximas elecciones presidenciales, las voces de esos jóvenes marfileños están llegando a todos los rincones del país. Adama señala que, aunque la red no pueda evitar la repetición del conflicto, el cree que sí evitará la participación de los jóvenes en actos de violencia durante las próximas elecciones.

“Me pareció que el proyecto nos proporcionaba una excelente oportunidad para expresarnos y aliviarnos del peso que llevábamos dentro”, dijo. “Yo entré en la red porque a mí y a otros muchos otros nos permitirá expresarnos y llegar a todo el mundo”.

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FOTOS: Miembros de la Red de Acción Justicia y Paz celebran la presentación de su informe en Abiyán, octubre de 2014 (ICTJ)