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Miles de personas salieron a las calles en toda Kenia el 27 de enero tras el espantoso asesinato de más de una docena de mujeres para denunciar la violencia contra las mujeres y exigir medidas para ponerle fin. Además, los manifestantes se reunieron en Nairobi el 14 de febrero para una vigilia del Día de San Valentín en memoria de las más de 30 mujeres asesinadas en el país en lo que va del año. Buscaron presionar al gobierno para que declare el feminicidio y la violencia contra las mujeres como una emergencia nacional y establezca una comisión para abordar estos crímenes y romper el ciclo de impunidad. Estos esfuerzos son loables e inspiradores. Sin embargo, la violencia física y sexual contra las mujeres y el feminicidio (a veces perpetrados por agentes policiales que, tal como está consagrado en la Constitución de Kenia de 2010, deben protegerlas) han persistido en Kenia durante décadas.

La Organización de Derechos Humanos y Democracia de Afganistán (AHRDO), aliada del ICTJ, inauguró recientemente un nuevo museo virtual/base de datos dedicados a las víctimas del conflicto afgano y los abusos contra los derechos humanos. La “Casa de la Memoria de Afganistán” no solo preserva la memoria de estas víctimas sino que también ayuda a allanar el camino hacia la verdad y la justicia. Para lanzar el museo virtual, el ICTJ y la AHRDO organizaron conjuntamente un panel de discusión sobre conmemoración, moderado por la periodista de la BBC Lyse Doucet, en la oficina del ICTJ en Nueva York el pasado diciembre.

El ICTJ se complace en anunciar los ganadores de su concurso de escritura “Overseas”. En él, se pidió a jóvenes originarios o residentes actualmente en el Líbano, Libia o Túnez que habían abandonado sus países de origen por razones políticas o socioeconómicas que compartieran sus experiencias personales de migración en forma de un breve testimonio escrito.

El ICTJ se complace en anunciar “Overseas: Concurso de escritura”, una convocatoria abierta para jóvenes inmigrantes originarios o actuales residentes en el Líbano, Libia o Túnez para que compartan sus experiencias personales de migración en forma de un breve testimonio escrito.

El Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ) y el Comité de Familias de Secuestrados y Desaparecidos en el Líbano (CFKDL) lanzarán Molinos de viento de nuestros corazones, un nuevo libro de cuentos de 15 mujeres familiares de personas desaparecidas y desaparecidas por la fuerza en el Líbano. El 1 de junio, ICTJ y CFKDL organizarán un evento público de lanzamiento y firma de libros en Dar el Wardieh en Hamra, Beirut.

Desde que los talibanes tomaron el control de Afganistán en agosto de 2021, el régimen ha implementado una serie de políticas que restringen severamente a los medios independientes y les otorgan un control casi total sobre los medios de comunicación y su contenido. Kobra Moradi es abogado e investigador que trabaja con la Organización de Derechos Humanos y Democracia de Afganistán y autora del informe reciente Restricciones y violaciones a los medios afganos bajo el Talibán. El ICTJ se reunió con el autor para obtener más información sobre el impacto que han tenido estas restricciones en los periodistas y la prensa libre, y el importante papel que aún pueden desempeñar los medios en un régimen tan represivo.

En el Líbano, en los últimos años, las demandas de cambio a menudo han estado acompañadas por un fuerte olor a pintura en aerosol y el sonido de la música. Los jóvenes han pintado murales en las paredes. Se unieron para cantar y bailar, y usaron el arte en todas sus formas para denunciar con...

Afganistán es un trágico ejemplo de cómo un país en transición puede revertir drásticamente el arduo camino hacia la paz y la democracia y regresar a un abismo de violencia y represión a una velocidad vertiginosa. En el lapso de unas pocas semanas, los talibanes recuperaron el control del país. Cuando finalmente entraron en Kabul, el gobierno afgano respaldado internacionalmente colapsó. Ahora al mando, los talibanes no han perdido tiempo en demostrar su objetivo de volver a imponer el mismo gobierno extremista y opresivo, a pesar de las declaraciones iniciales que afirman un compromiso con la paz y los derechos humanos.

La pandemia del COVID-19 forzó a muchos países a imponer medidas de emergencia tales como toques de queda y cierres locales para detener la aspersión del virus. Para reforzar estas medidas, algunas sociedades han aumentado el poder de las fuerzas policiales, mientras otros han recurri...

Solo hace falta echar un vistazo rápido a las noticias para ver cómo el mundo ha vuelto a fallar a los civiles afganos. Afganistán no ha tenido muchos años buenos en las últimas cuatro décadas de guerra, pero los últimos 15 meses han sido decididamente tensos. El caos actual y el aumento de la violencia son prueba de que, a pesar de lo que ha proclamado el gobierno de los EE. UU., la “guerra eterna” continúa. La paz y la justicia significativa y centrada en las víctimas siguen siendo esquivas.